Como cada miércoles, ASCEGA me ha invitado a que pueda opinar en su Asociación exponiendo en su medio mi opinión sobre temas que desde su dirección jamás me han puesto límites a tema alguno.
Hoy el tema tiene que ser (por coincidencia de fecha), la llamada “moción de censura”. Un derecho que contempla la Constitución española en su artículo 113 y que ya ha sido realizada hasta en cinco ocasiones, seis ya con la que hoy se está debatiendo. El resultado ha sido y será que sólo una de ellas ha logrado su objetivo: cambiar el gobierno de Mariano Rajoy por el de la coalición de Pedro Sánchez , titulado por Pérez Ruvalcaba como el Frankenstein.
¿En qué punto estamos? M sincera opinión es que TODO seguirá igual y tal vez esta parte del debate que he visto hoy, ha servido para que durante más tiempo y en directo, los ciudadanos comprobemos que la actual situación no cambiará porque el profesor Tamames nos haya ilustrado de forma académica y razonada su visión de la España actual y las motivaciones que le han llevado a presentarse como revulsivo a una forma de gobernar.
Formato ya conocido, discursos repetitivos , contestaciones que no responden a las preguntas formuladas y datos económicos que la calle, el ciudadano no puede compartir. Se nos anuncia que se han aumentado los médicos en España y sin embargo las citas son a más largo tiempo. Los policías según el gobierno crecieron en número hasta 13.000 con una subida de su sueldo de hasta el ¿38 %? y la inseguridad ciudadana aumenta. Se presume de respetar las instituciones y se cierra el Congreso que más tarde merece la reprobación del Tribunal Constitucional.
Las empresas y autónomos registran la mayor caída de la historia y se nos informa que España escala puestos en el conjunto de las economías europeas. Los impuestos continúan su imparable subida a la vez que el precio de los alimentos aumenta sin que la supresión del IVA en alguno de ellos cause el efecto deseado.
La sesión de hoy en el Parlamento es una mezcla de farsa y esperpento, con un resultado perfectamente previsible. También lo fueron otras mociones de censura como las de Hernández Mancha, Iglesias y Abascal, pero tenían un cierto sentido. Los tres aspiraban a presentarse como alternativa, algo que no va a suceder ahora. Ni siquiera cabe la sorpresa de lo que dirá el candidato, cuyo discurso fue filtrado a la prensa.
Nuestra democracia parlamentaria se ha ido transformando en un sistema presidencialista en el que la división de poderes es una ficción. Los diputados aprietan el botón en base a una disciplina parlamentaria que ahoga cualquier conato de independencia. Y ello tras el sistemático abuso del decreto ley y de la improvisación de enmiendas para evitar la fiscalización de la oposición.
Una moción en la que todo está preparado: el contenido de la moción en poder de quien tiene que responder lo que le quita espontaneidad al acto mientras que los teléfonos móviles funcionan con consignas. ¿Para cuándo el parlamento dejará de jugar con cartas mercadas?? respondiendo UNOS Y OTROS con preguntas y respuestas preparadas. Es decir : TODO para que el circo continúe.
Nadie va a ganar ni va a perder en esta moción que es puro humo y de la que nadie se acordará dentro de una semana. Por eso, especular sobre quién va a salir beneficiado es absurdo. La batalla de los partidos se libra en otros ámbitos como la televisión y las redes y no en la carrera de San Jerónimo. La verdadera moción estará en las urnas cuando toque.
Esto es lo de hoy, mañana más de lo mismo…
Por Juan José Lojo Fandiño