Ascega Hoy

Inés Rey-na del enfrentamiento, la crispación y la hostilidad

Un buen político que se precie de tal sabe perfectamente que la mitad de su éxito se encuentra, por una parte, en mantener permanentemente una altura de miras que den a su ciudad un valor añadido y, por otra, en fomentar las relaciones institucionales que puedan reportar importantes inversiones para ir construyendo el modelo de ciudad al que se aspira.

Sin embargo, nuestra alcaldesa Inés Rey no parece que pueda presumir ni de lo uno ni de lo otro. Si de altura de miras hablamos, la suya apenas alcanza al puente del Burgo, porque en estos casi 4 años de mandato, en lugar de conseguir atraer a la ciudad a miles de ciudadanos que residen en el Área Metropolitana para hacer aquí sus compras, instalar sus negocios o disfrutar de una oferta de ocio atractiva con lo que contribuir a la dinamización económica, se ha limitado a que miles de coruñeses hayan optado por fijar su residencia fuera de A Coruña.

Pero si hablamos de relaciones institucionales la situación aún es más sangrante. Nuestra ‘ínclita’ regidora se ha destacado por la crispación, el enfrentamiento y la hostilidad como hemos podido comprobar.

Uno de los últimos episodios lo protagonizó recientemente en el transcurso de un acto oficial, que ni si quiera era municipal. Nos referimos a la inauguración de la nueva terminal de Repsol en el Puerto Exterior al que acudieron invitados tanto la alcaldesa como el presidente del Deportivo de La Coruña, Antonio Couceiro.

Ni corta ni perezosa, cuando el directivo deportivo se dirigió a ella para emplazarla a un diálogo que resolviera las diferencias por el nuevo Convenio del Estadio de Riazor, la Sra. Rey saltó a la yugular acusando a Couceiro de mentir cuando éste dijo que el Ayuntamiento quería cobrarle al Club por la utilización de las instalaciones de Riazor por el naming (denominación comercial) del estadio, acusación que Couceiro se apresuró a desmentir, puesto que en cierto modo cuando la alcaldesa indicó que «Si lo que quiere el Deportivo es que el nombre del estadio pase a ser utilizado por un banco con fines comerciales, eso no puede ser gratis”, estaba anunciando algún tipo de cobro.

Esta sólo fue unas de las últimas proezas de la regidora municipal en cuanto a relaciones institucionales y ‘saber estar’, porque otra tangana no muy lejana la protagonizó al desdecirse de sus propios compromisos para la adquisición de los terrenos del Puerto de A Coruña. ‘Donde dije digo, digo Diego’ lo elevó Inés Rey a la máxima expresión. Si en un principio, y después del compromiso anunciado por la Xunta de aportar 20 M€ para la adquisición de los muelles de Batería y San Diego, ella afirmó que el Ayuntamiento colaboraría para esa adquisición, las presiones de la Marea le hicieron cambiar de idea e indicó que ‘El Puerto de A Coruña no está en venta’.

Otro enfrentamiento institucional de la alcaldesa con la Xunta se produjo con el bloqueo de las obras del nuevo CHUAC, al no incorporar al presupuesto municipal de 2023 las partidas destinadas a las expropiaciones y la construcción de los accesos al hospital. Finalmente, el Gobierno autonómico alcanzó un acuerdo con el Ayuntamiento por el que la Administración Local financiará los accesos al hospital y la Xunta de Galicia se hará cargo de las expropiaciones.

Los coruñeses ya tenemos bastantes problemas a diario como para que nuestros gobernantes se enzarcen en absurdas discusiones que solo contribuyen a crispar más los ánimos.

Por eso recomendamos a Inés Rey que abandone esa falta de feeling, ese enfrentamiento permanente con las instituciones, y esa hostilidad a las que nos tiene acostumbrados, porque los ciudadanos queremos un mínimo de paz social, de entendimiento y de saber estar.

 ASCEGA HOY

 

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