Pepe Álvarez, de UGT, en entrevista para El Mundo sugirió que el Gobierno debería replantearse el retirar prestaciones a “una persona que rechaza una oferta de trabajo, ofreciéndole formación”
Advirtió de lo obvio, de lo que ya marca la ley y de lo que es sensato para sostener los Sistemas de Protección … ¿Y si se abrieron las puertas a la esperanza?
A la esperanza porque parece que no me encuentro tan solo en ese mismo pensamiento … ya había escrito un artículo hace un año https://ascegahoy.es/2022/05/09/hasta-que-pete-todo/ … y otro más reciente https://ascegahoy.es/2023/02/07/hay-que-decirlo/
A la esperanza de que un agente social sea capaz de aparcar su posición de parte para leer la deriva del sistema por inaplicación de la norma.
A la esperanza de que quizá no fue tan casual esta advertencia ante el desmadre de los últimos tiempos.
Evidentemente todo es matizable, como así lo hizo. Pero acaba de poner una pica en Flandes. Creo que merece un aplauso.
Nadie podría ser más adecuado para provocar un necesario debate sobre como proteger nuestro estado de bienestar de nosotros mismos y de nuestra complacencia.
Lamentablemente habrá quien piense desde el mundo sindical que erró al poner en solfa a algunos perceptores de prestaciones, cuando lo que hizo fue proteger a la inmensa mayoría que no hacen un mal uso del Sistema.
Pero a quien realmente puso de verano en su forma pasiva fue al SEPE por no evitar esa falta de compromiso de algunos parados ni por diseñar planes serios de formación y reciclaje que capacite a muchos de esos y otros parados en sectores demandantes de empleo.
Tengo la sensación que esas declaraciones, además, son un grito de socorro ante la avalancha de demandantes de prestaciones por el efecto llamada que ha provocado el ala izquierda del gobierno con el “café para todos”.
Ya dije en otro artículo que no somos infinitos.
Pepe Álvarez, que ya estuvo en muchas batallas, sabe perfectamente que el enemigo no son los empresarios sino la creciente falsa expectativa de que hay manta para todos.
Ojalá podamos ver en la Patronal y en el Gobierno gestos tan empáticos y responsables como el de quien merece este artículo.
¡Quiero soñar que hay esperanza!
Por Javier de la Fuente Lago