Ascega Hoy

Culpables no, pero sí responsables

El próximo lunes, 23 de enero, se cumplirán 20 años de la firma del Plan Galicia. Un plan que se firmó en un Consejo de Ministros extraordinario, celebrado en A Coruña, bajo la presidencia de José María Aznar. Un plan que contemplaba una inversión en nuestro territorio de 12,5 millones millones de euros, lo que suponía casi el doble del presupuesto de la Xunta en aquel ejercicio. Un plan que  tenía por objetivo recuperar la economía galega tras el duro golpe que supuso la marea negra originada por el Prestige, tanto en los sectores económicos directamente relacionados con el mar (pesca y marisqueo) como en aquellos otros que también se vieron perjudicados tras la catástrofe.

Entre las inversiones que se contemplaban hace 20 años en aquel Plan figuraban la construcción del puerto exterior de A Coruña, la construcción de un Parador en la Costa da Morte y la construcción de la autovía A-57, que uniría Pontevedra y A Cañiza, y que permitiría enlazar con la A-52 y, por lo tanto, dotar tanto a la capital de la provincia como a la comarca de O Salnés de una salida directa y por autovía hacia Ourense y la meseta.

Como todos ustedes serán de sobra conocedores, el puerto exterior de Punta Langosteira ya está operativo y el Parador de Muxía, aunque con considerable retraso, también ha entrado en funcionamiento. Pero de la A-57, nunca más supimos.

Bueno, en realidad algo sí que se supo. Según narran las crónicas periodísticas de aquellos años, el 15 de marzo de 2003 se encargó, a través del BOE, la elaboración de un estudio informativo que propondría varias opciones de trazado. En octubre de 2005 se dio a conocer cual era la alternativa elegida: una autovía de 30,4 kilómetros cuyo coste ascendería 424,7 millones de euros. En febrero de 2007 se formuló la Declaración de Impacto Ambiental y en julio de aquel año se aprobó definitivamente el trazado. Entre marzo de 2008 y marzo de 2009 se licitó la redacción de los proyectos de los tramos del vial. Y a partir de ahí, adiós muy buenas. Han pasado desde entonces 14 años y la A-57 sigue siendo una entelequia, que seguramente nunca veremos realizada.

¿Y que ocurre ente tanto? Pues que semana sí, semana también, seguimos viendo como la única alternativa que evita tener que pagar la autopista de peaje para realizar ese recorrido, se sigue cobrando vidas. Ocho muertos llevamos en un mes en la N-541. Inadmisible.

Por supuesto que no existen culpables de que esa infraestructura viaria no se haya construido. Pero sí que existen responsables. Y a ellos debemos dirigirnos. Y a ellos debemos exigirles que rinda cuentas.

A día de hoy, aún a sabiendas de que es un vial peligroso, siguen siendo muchísimas las personas que utilizan la N-541 para dirigirse desde Pontevedra y O Salnés hacia Ourense. No todo el mundo puede permitirse pagar el coste del peaje más el incremento de gasto de combustible que supone tener que hacer un mayor kilometraje utilizando la AP-9 hasta O Porriño. No son tiempos fáciles para muchas economías. Acabamos de ver hace unos días como miles de personas guardaban colas de hasta una hora en las gasolineras para ahorrar diez euros en un depósito de combustible. Y es que no la está la situación económica de las familias, de los autónomos, ni de muchos empresarios, como para derrochar ni un céntimo. Aunque en ocasiones ese pequeño ahorro suponga poner en peligro la vida.

Insisto en que no busco culpables, pero no es difícil identificar y señalar a los responsables de que Pontevedra no tenga esa conexión viaria segura con Ourense y con la meseta que en su día, hace 20 años, nos fue prometida. Hay que pasar página, me dirán algunos. Es importante no olvidar, les contesto.

Por José Luís Vilanova

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