Ascega Hoy

Dios aprieta pero no ahoga

Tengo la sensación que no hemos acostumbrado a vivir en la turbulencia.

La subida de tipos, la inflación y los anuncios reiterados de frenazo de la economía no parece que vayan en sintonía con lo que percibimos en nuestro entorno.

¿Que todos vivimos más apretados? Sin duda

¿Que hay muchos sobrepasados? Lo tengo claro

Solo se me ocurre que para que una afirmación y otra sean sostenibles solo es posible  porque teníamos reservas, porque se ha incrementado la financiación y porque tenemos un potente sistema de protección.

Todo esto no significa que estemos mejor, ni siquiera igual que en la crisis anterior. Solo significa que estamos trasladando al futuro el problema presente. Reservas menguadas, mayor deuda privada y mucha más deuda pública.

Es en este tipo de decisiones es donde entra en juego la política con mayúsculas. Más Estado con más protección o más Mercado con más crecimiento.

Estos dos modelos llevados a su extremo son los que están confrontando, y evidentemente hay suficientes ejemplos a lo largo de la historia de uno y otro con sus bondades y riesgos mutuos.

No me cabe ninguna duda que si queremos un presente menos cruel en lo económico solo cabe cerrar los ojos y que nos los permita tener cerrados quien nos financia.

La pregunta es si había otro modo de afrontar la situación y si estamos mentalizados que estamos lastrando en una medida el futuro.

Soy de los que cree  que con los ojos abiertos se llega más lejos pero, también, que esta situación era necesario amortiguarla.

Sin estar en desacuerdo con muchas de las medidas tomadas me preocupa que veamos normal lo que es absolutamente extraordinario e insostenible en el tiempo.

Mi percepción es que hemos normalizado la excepcionalidad, que pensamos que nuestro sistema de protección es ilimitado y que esa ayuda la hemos naturalizado como un derecho.

“Dios aprieta pero no ahoga” siempre fue una frase para la esperanza, pero algo debemos hacer aparte de esperar.

En mi opinión  falta mucha pedagogía y sobra demasiado populismo. Tanto por los que nos venden solo catastrofismo como por los que nos niegan el problema.

Cuesta explicarles hoy a nuestros hijos el significado de las palabras “Austeridad” y “Responsabilidad” cuando hemos deformado  y manoseado el significado de “Solidaridad”

¡Ojalá seamos capaces de recuperar el sentido de los términos!

Por Javier de la Fuente Lago

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