…por no hablar de que, según el signo de la dictadura, hay quienes defienden unas y condenan otras sin rubor
Las de izquierdas están generalmente bien vistas, condenamos a Margaret Thatcher por apoyar el Chile de Pinochet (desconozco en que términos), mientras nadie pide la dimisión de ministros que apoyan el comunismo, acuerdos con dictaduras de sátrapas o muestran querer hacia la extinta RDA.
De todo lo anterior y de otras cosas, tenemos miembros del gobierno en activo que apoyan o se posicionan a favor de regímenes detestables.
Pero repito que no es un tema de simpatías. Yo defendía la candidatura de Sánchez pese a la negativa del PSOE a acatar el resultado de las elecciones internas, me encantaba la opción Calviño, me he cansado de defender la opción de Podemos cuando aún no habían tocado poder, igual que ahora defiendo la de Vox, aunque me llamen facha (no me preocupa) igual que a cualquiera que no suene a progresía, etc.
Pero repito, yo veo la economía como un tema de matemáticas.
Una política más o menos social es válida, el problema son las políticas poco realistas, las que reparten lo que no hay, las que aplican recetas que arruinan el tejido empresarial y ahuyentan las inversiones, las que castigan la libre competencia, las que no premian el trabajo y la excelencia, en definitiva las que arruinan el país.
Por eso es necesario exigir al gobierno que aplique políticas que funcionan en otros lugares y escape de las que nos arruinan, aunque eso les condene a perder las próximas elecciones.
También es exigible a la oposición.
«Dos Palabras. Por Carlos Sánchez González – Dans»