Ascega Hoy

Dos Palabras: La trampa del salario mínimo

Foto de Carlos Sánchez González – Dans

Una vez más el gobierno echa mano de la publicidad populista que instauró Redondo.

¿Hay alguien en contra de que los trabajadores ganen más, de que los pobres tengan algo para comer, de que no se viole a mujeres o de que cesen las muertes por accidentes de tráfico? No, claro.

El problema no es que se den cosas indeseables o francamente mejorables, el problema es que no siempre se aplica la solución adecuada para resolverlos.

La subida del SMI no traerá sueldos dignos si no se liberaliza el mercado laboral, sólo traerá una aún mayor precarización de las PYMES y una pasajera bonanza a los trabajadores que menos cobran.

Pasajera porque será un espejismo con la inflación que se está provocando.

La subida del SMI no es la solución y el gobierno lo sabe. Lo sabe porque expertos del partido como Miguel Ángel Fernandez Ordóñez ya lo dijeron hasta el hartazgo hace más de diez años.

Lo saben porque así ocurrió antes en todos los países de la OCDE. Lo saben porque ningún país con pleno empleo y salarios altos tiene nuestra rigidez laboral. Lo saben porque esta falsa protección al trabajador la instauró Franco en otro tiempo y con otras circunstancias.

Pero juegan a la política sin importarles el pueblo y lanzan una medida que nada soluciona porque no ataja la causa, daña la economía, cierra aún más empresas que ya no tienen de donde tirar y generan un enfrentamiento ridículo entre empresarios y trabajadores.

En resumen, aunque pueda parecer lo contrario, empeora la situación tras el espejismo de la subida del SMI y la reforma laboral.

Como decía alguien ayer, ¿Si lo hacen sin acuerdo con la patronal, por qué no suben el SMI a 1500 o 2000?

Ese sería un salario aún más justo, ¿o no?

Por Carlos Sánchez González – Dans

 

scroll to top